sábado, 2 de abril de 2016

En memoria de mi escultura

 Muchos años de soltería viviendo  en ese apestoso   departamento , las visitas de mi madre son los días viernes, no venía porque quería sino  porque temía que pase de nuevo  ,también para referirse de ,porque no salgo algún lado , el encierro podría llegar hacerme demasiado mal, tal como ese día… no termino de decirme  nada porque comenzó a llorar .  Últimamente no  la escuchaba, esta vez me hizo cambiar de parecer, estaba sola, mis amigas ocupadas siendo madres o en sus trabajos, necesitaba alguien con quien salir. Decidí  utilizar Internet para conocer un hombre. Entre tantos hombres en esa paginada de “tu pareja ideal” como si esas palabras  fueran  ciertas  Pero antes de rendirme y eliminarme de la página encontré a un hombre, su perfil era demasiado interesante, empleado de un banco, apuesto y soltero. Empecé averiguar más sobre él, me fije en sus familiares y amigos, para saber si lo que me dice  era realmente verdad. Comprobé que sí. Decide encontrarme con él jueves  por la noche. Aunque estaba indispuesta y esa sensación no era de lo agradable justo en una cita, pero ya habíamos fijado ese día.   En ese momento algo crecía en mi interior esa necesidad que siempre había estado ausente o no le daba relevancia. A pesar de que menstruaba tenía ganas de intimidar con él.  El encuentro seria en  mi departamento, le comente que le prepararía la cena, éste  accedió como todos los hombres que tienen la idea fija sobre tener  sexo. No podía ocultar esos inmensos deseos de ver su cuerpo desnudo, tocarlo y que me penetre. Tuve que guardar mis esculturas, algunas personas  les parecía horripilantes porque nunca pude lograr la perfección de las mismas, siempre caen a una figura amorfa, eso me tenía inmensamente deprimida. Tocaron  la puerta. Era menos de lo que había imaginado, un poco me decepcione. No era tal y como en  sus fotos. Era más relleno y sus manos grandes, su cabeza parecía pequeña con la proporción de su cuerpo, igual tenía en mente otros deseos. Comimos, hablamos sobre trabajos, un poco de  nuestro pasado con ciertas parejas, los proyectos a futuro. Decidí abrir  aquel vino que aun seguía destilando el aroma que me recordaba ese día .el tomo solo una copa, me acarició mi rostro comenzó acercarse y nos besamos, nuestro cuerpo hervía aunque el mío se quemaba completamente, veía el rostro de mi amado reflejados en sus ojos. Cuando estábamos en la cama nos desvestimos demasiado deprisa  y me detuve a contemplar su cuerpo, una cantidad de grasa abdominal,  me subí  eufórica encima de él, mientras me besaba mis senos. Sin embargo fue más rápido el efecto que en el anterior, y se desvaneció por completo, agarré la cuchilla que tenía bien preparada en mi almohada  y comencé  a incrustarle en su pecho después lo fui moldeando, tal y como a mis esculturas, se podía completar  la perfección. Tanto moldearlo llegue hasta sus órganos algo que no ocurrió con el otro que se salvó justo porque ese día mi madre me visito por casualidad, era un viernes; y descubrió tal atrocidad que decidieron internarme en un psiquiátrico.  Esta vez dejo de respirar. Pero yo continuaba con mi obra, ya concluida, éramos una pareja perfecta, decidí tirar mis esculturas. Ya no servían. Toda mi pasión vivían en él.  En unas horas  comenzó a ser diferente ponerse de otro color su piel, y su fragancia era muy fuerte, cada vez que  su cuerpo cambiaba, decidía pasarme la cuchilla en los brazos y pintarlo con mi sangre. Si no fuera porque mi madre vino a visitarme un viernes no estaría escribiendo estos hechos desde mi  habitación.