Pasaron dos semanas que murió aquel engendro, resultaba un
poco dudoso lo que comente sobre su muerte, Escribo estos hechos a que llamare "Notas del Destino" , porque así es
cuando me siento mejor, puedo releer y revivir lo que hice con mi hijo, con la satisfacción
que le elegí un hermoso destino al lado de Dios. Retomando a lo que sucedió en aquella
noche, no hubo discusión entre nosotros. Escuche el golpe del portón que acostumbraba a realizar esa acción demasiado
torpe con sus puños. Esta vez me hice el dormido dejando que mi esposa le abriera el portón, luego le
dio ese medicamento que lo hace dormir así no vuelva a salir para drogarse. Espere una hora en mi cama y después aproveche para ir a su dormitorio, estaba con
una remera sucia de atlético, no tuve tiempo para despedirme, temía que alguien
me impida mi acción, aquella que pensé más
de seis años. Mis dedos se incrustaron en su cuello, lo suficientemente fuerte le apreté para dejar que salga gotas de
sangre de su nariz, lo solté y le tome el pulso, No se escuchaba latido alguno,
ya había muerto. Llame a mi esposa, ella apareció agitada, y la pequeña luz que entraba de la venta me hizo
ver su cara, una mirada fija hacia su hijo y un estremecedor llanto, lo cual percate para decirle, ya no renegaras el estará mejor que
nosotros.
domingo, 22 de noviembre de 2015
martes, 10 de noviembre de 2015
Notas del Destino 10/11/2015
La lluvia golpeaba la tierra removiendo desechos ocultado
tras el tiempo. Algo golpeo mi puerta sabía que era él; siempre se acostumbraba
a venir después de medianoche, todos los días he tratado de tener un mínimo de esperanza
que mejore un poco tras la rehabilitación, pero empeoraba notablemente. No volví a ser el mismo de antes, ni una sonrisa
ni hablar con mis otros hijos de un tema o tomar una cerveza con un familiar. Todo
cambio, era un títere impulsado por las circunstancias. Estaba medicado para no
agravar con mis nervios la situación; al
mirarme al espejo estaba como muerto, no había brillo en mis ojos; una mueca amarga arrastrada por mis pesares
dibujaba mi fisonomía. Volví a escuchar golpes aún más fuertes, decidí abrirle
la puerta, y comencé a decirle que ya nos había cansado con sus adicción, que
en el otra rehabilitación ya no podía quedarse debido a que escapa o hacia algo
malo a las personas que trabajaban allí, y ahora que pedí una restricción vuelve
a violentar mi casa queriendo robar para consumir esa maldita droga. Y él seguía
parado diciendo maldiciones e injurias. Mi esposa se quedó en la cama
porque era común que haya discusión entre nosotros, pero algo estaba fuera de control,
todo los que aguante se desbordo y puse
mis manos en su cuello, escuche como los frágiles huesos se quebrantaban, su
rostro se tornaba rojo y al soltarlo palidecía,
dejo de emitir cualquier sonido, mi mujer se agarraba la cabeza, lloraba desconsoladamente.
En ese momento no escuche ni pronuncie palabras, tenía mis manos coloradas
debido a la fuerza que utilice para matar a mi hijo, sentí que una tranquilidad
invadía mi cuerpo. Me llevaron al psiquiátrico, mi esposa e hijos solo me
miraban desde lejos, quizá sea un
desconocidos para ellos. He logrado liberarme
y liberar a mi hijo de la única manera, su muerte.
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