Caminaba
entre la gente, sin que me miren, ni me escuchen; me ignoraban por completo.
Como que mis palabras eran extrañas para
aquellas personas. Observe los comportamientos de ellos; al principio no entendí
porque miraban un aparto constantemente
sin verse ellos mismo, se empujaban apurados; los autos pasaban a gran velocidad,
eufóricos tocaban bocinas e insultaban. Personas mayores diciendo en voz alta que tiene la culpa por vestirse de esa forma,
que todo se paga en la vida, es por eso
que asesinaron a ella y a su hijo que era de otro hombre distinto. Luego las ancianas
comentaban sobre el bingo de la iglesia.
Otra persona miraba con asco a un vagabundo que cargaba cartones en su espalda,
y llevaba un tacho con agua para darse una ducha en algún lugar fuera de las
miradas de desprecio. Una pareja del mismo sexo, agarrándose de la mano, las
personas apartaban a sus hijos de aquella pareja como si fueran asesinos. Un grupo de indígenas
marchando por sus tierras, eran golpeados por los gendarmes. Desesperanzada comprendí
que no estaba en el tiempo, ni en el espacio de esos seres humanos. Desaparecí
convirtiéndome en pequeñas partículas. Guardándome para un tiempo mejor.
sábado, 3 de febrero de 2018
El incauto
Después
de varios días de encierro, él termino
su cuento. Pero algo salió mal al leerlo, se dio cuenta de que era interminable,
comenzaba a leer y nunca acababa. Al principio creyó en una
especie de hipnosis. Mientras con una
lapicera escribía las paredes de su habitación; y repetía esto: cerrar los ojos, abrir la mente.
Con decir lo que tenía escrito, lo guiaba hacia
los seres extraños, donde vivían en lugares
inhóspitos. Estaba encantado de conocer otro mundo; esos seres
les comentaban su cultura, y él también
compartió la historia de su tierra; y quedaron
asombrados esos seres, que se cargaron de energía, de su energía y las de los habitantes
del planeta tierra. En ese momento surgieron los problemas, crecieron los males que se reprodujeron
con una rapidez, dejando al escritor plasmado ante tales sucesos. Comenzaba
su metamorfosis, ya su aspecto físico era de color rojo vivo. Ya tenían esos seres lo que le faltaba, el mal eterno. Él quiso matarse, pero sobrevivió porque era inmortal. Fueron los seres que
pusieron en su mente, aquello hechos que pensó imaginables, luego de que
leyeron en su cuento utopía de un viajero inmortal.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)