Quien encuentra un amor
por Internet, algo debe fallar. Es lo
que me sucedió, parecía una persona increíble con grandes conocimientos de política,
filosofía y literatura. Compartíamos todos
los gustos en cuantos saberes. Varias veces cene con él, fui al cine, me llevo
al Cerro San Javier, miramos la ciudad
encendida por las luces de los faros; las estrellas estaban ocultas. En un momento de distracción, acaricio mi rostro,
se acercó y nos besamos. Volví de nuevo a la rutinaria y absurda vida, pero cuando
él me escribía todo eso cambiaba para sentirme bien,
nuevamente salíamos y se presentaba temas interesantes de conversación, algo
que se puede dar en la vida pocas veces, más si una vive sumida en un cuadro
depresivo. Llego ese momento en que las mentes estorban, y los cuerpos comienzan
a inquietarse para entregarse a pasiones efímeras. Fue ese día que hicimos el amor
en una hotel, pero sin encender la luz pues así lo preferíamos en el momento de
entregarnos, podía ver un poco su rostro
porque la ventana del lugar daba en una calle iluminada. Algo extraño sucedió, ha dejado de mirarme,
de escucharme; es como si me encontrara sola en esa habitación, completamente
desnuda y con un fuego que continuaba en mi interior. Ese silencio y una verdad oculta. Sentado en la cama estaba con su celular como
si no estuviese a su lado. Desde ese entonces no volví a saber de su vida.