domingo, 23 de julio de 2017

El diario de un criminal

Cuantas cosas absurdas se puede leer en el periódico; aún más cuando se trata de un crimen, y se equivocan de tal manera los investigadores del caso.  Detalladamente he leído la palabra: “El lunes por la mañana encontraron ahorcada  a una mujer oriunda de  San Miguel de Tucumán…”. Porque se le ocurriría que alguien ahorcaría a una puta; Se  perdería  la diversión de sentir su sangre en mis labios, esa fuerza que no cobra sentido cuando se le aplica algún veneno,  colgarla un rato de un fierro de bailarina erótica.  Aquel fierro lleno de sangre me excito  tanto, que eyacule varias veces, incluso en el cuerpo de esa moribunda. Pueden considerarme  como un tipo hijo de puta, psicópata una lacra  para la sociedad, pero ellos no me comprenden tratan de etiquetarme de algo que creen que soy.   Está claro que somos diferentes, y a tales diferencia hay aceptarlas y que adaptarse. He soportado demasiado en mi niñez; no me quejo porque creo que me gustaba que mi padrastro me penetrara por el culo. De esa  manera hizo que sea demasiado fuerte, algo que en algunas  personas falta,  por esa debilidad que tienen ante cualquier situación. La mayoría me  aborrecen en todo lo que  realizo. Amo mi trabajo, he dedicado parte de mi vida, a lavar esa sangre de personas que son débiles; Eso  incrementa  mi valentía,  siendo un suprahombre. Cada vez odio más a todas las personas  cuando mi trabajo no es reconocido por aquellos mediocres  que tratan de resolver un crimen. Esta vez tratare de acercarme más aun a ellos, cometiendo otro asesinato. Esta vez les daré más pistas  de como se matara a la será la próxima víctima. No me resulta difícil encontrar, conozco demasiado a la gente , sería así como un psicólogo maniático, pero es mi trabajo, preguntar sobre sus vidas; y  cuando sus debilidades me hieren demasiado doy fin a esos miserables . 

miércoles, 12 de julio de 2017

Inestable 2

Realmente me costaba y detestaba  saber la hora, porque mi abuela todo el  tiempo me torturaba para que aprendiera las horas del reloj; y es uno de los tantos recuerdos poco gratos de mi niñez. Ahora lo sustituye algunas palabras de mi padre cuando no tenía un buen día, ya sea porque pagaba muchos impuestos o porque la gente lo miraba  de una manera lastimosa  por la calle debido a su enfermedad, sea cual fuese ese problema  él maldecía  mi existencia; también incorporaba las enfermedades venéreas que quería  que tenga para dar fin a mi vida.  De aquellas cosas que viví, observaba  que afuera la gente es aún peor, y temo que de pronto  comience la guerra entre países, incluso en el mismo país. No quedara más que odio y resentimiento por muchos siglos. No todo puede tener final, ahora no sé cómo puedo cerrar esto que escribí, así es la vida misma. Aunque algunos opten por el suicidio siguen viviendo en otro tiempo, se abandona el cuerpo pero el  alma se dirige a otro espacio y tiempo. Es de lo que estoy hecho, por eso les escribo algo de lo que he vivido, ya sabrán más sobre mí, en otra ocasión.