martes, 30 de agosto de 2016

Un adios sin ritual

Dolió  tanto sentir esa distancia.  Aunque la verdad me fui creando otra persona que no eras tú; necesitaba ser amada, viendo y considerando que  no querías más que mi amistad, debido a eso, algo en  mí murió, desde ese momento sin importar más nada me lance a un vacío. Ni siquiera era yo, y  tampoco no quería ser la que era, acostándome con cualquier hombre que me plazca,  porque así no encontraría el amor. Dejaba que  usaran mi cuerpo, satisfacía sus deseos y luego una migaja de cariño  para que  luego esfumen. No soy un animal para domesticar, quiero estar libre, aunque a veces  soy la que coloco una jaula y me encierro en la misma. Desde que te conocí no quise estar con ningún otro hombre, ni hablar, ni mirarlos, ni lo  deseaba como antes. Solo quería que seas mío, y así me entregue completamente. Recuerdo siempre  cada encuentro en el mismo lugar de siempre, tu bella  sonrisa, tus apasionados besos y  cálidas caricias en mis cabellos, tus abrazos fueron una contención que no experimente nunca en mi vida, sin embargo me llevabas a la cama como lo otros hicieron en algún momento conmigo, pero la sensaciones eran distintas, pude sentir el placer y el amor entrelazándose con  los pocos días que nos encontrábamos.  Cuando sucedía todo esos rituales no quería que te marches, aunque mis ojos decían quédate un rato más, tú desaparecías,  también tus mensajes y llamadas dejaron de existir. Tus  pretextos fueron creciendo con el tiempo, preparabas  una actuación ilógica, y  me decías que trabajabas y no tenías tiempo para verme. Las mentiras fueron descascarándose hasta me entere que tenías a  otra mujer. Esta vez ha muerto  una parte de mí, un dolor inmenso recorrió mi cuerpo apoderándose del mismo, para darme cuenta que eres como los otros. El aroma de mi piel fue repartida como los azahares al viento, me despoje de todo, sin entregarme a nadie más, toda mis fuerzas utilice para concluir contigo. Ahora me miras fijamente, mostrando tu real mirada fría, sin sentimiento, y sin vida. Tus ojos no se cerraran jamás, así me veras partir para no volver a verte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario