Dibujaba todas las tardes distintos tipos de aves; también le gustaba observar en el pequeño jardín de mamá,
los nidos de algún hornero. Me llamaba
con entusiasmo cuando un colibrí merodeaba las flores. Su conducta cambiaba de
repente de noche, y ya no hablaba con
nadie. Solo trazaba nuevamente aves, y pegaba en toda las paredes de su habitación. Una mañana me dijo, que ella quisiera saber lo que sienten
los pájaros. Hubo un tiempo en que los vientos eran constantes; solo plumas
rodearon el fondo de nuestra casa, y
llegaron hacia la ventana de Isabela, entusiasmada las
guardaba en su cajón.
Una mañana me despertó un sonido de aves proveniente de la habitación de
Isabela, me quede perpleja al ver muchos pájaros alrededor de ella. Estaba desnuda solo se cubría de plumas, me miro diferente; y sin haberme
dirigido una palabra saltó de la ventana
junto a las golondrinas, colibrís, palomas y demás aves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario