sábado, 3 de febrero de 2018

El incauto

Después de varios días  de encierro, él termino su cuento. Pero algo salió mal al leerlo, se dio cuenta de que era   interminable, comenzaba a leer y nunca acababa. Al  principio creyó en   una especie de  hipnosis. Mientras con una lapicera escribía las paredes de su habitación; y  repetía esto: cerrar los ojos, abrir la mente. Con decir  lo que tenía escrito, lo  guiaba   hacia los  seres extraños, donde vivían en lugares inhóspitos.  Estaba  encantado de conocer otro mundo; esos seres les comentaban su cultura, y él  también compartió   la historia de su tierra; y quedaron asombrados esos seres, que se cargaron de  energía, de su energía y las de los habitantes del planeta tierra. En ese momento   surgieron  los problemas, crecieron los males que se reprodujeron con una rapidez, dejando al escritor plasmado ante tales sucesos.  Comenzaba  su metamorfosis, ya su aspecto físico era de color  rojo vivo. Ya tenían esos seres  lo que  le faltaba, el mal  eterno. Él quiso matarse, pero sobrevivió  porque era inmortal. Fueron los seres que pusieron en su mente, aquello hechos que pensó imaginables, luego de que leyeron en su cuento utopía de un viajero inmortal.

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